Los Asternautas compartimos una fuerte adicción por levantar nuestras cabezas y mirar al cielo en una noche despejada, alejados de la contaminación lumínica de las ciudades.
Una pasión que nos mueve cada vez que vamos a las cumbres de nuestras Islas a pasar la noche, con temperaturas incluso gélidas a veces, para simplemente disfrutar del cielo.