En la Isla de Tenerife, por encima de los 2.000 metros la atmósfera es limpia y transparente. Su localización en el Océano Atlántico junto con la predominancia de los vientos Alisios permiten que la isla goce de una pantalla natural, «el mar de nubes» que retiene la humedad y la turbulencia atmosférica por debajo de los 1.500 metros de altitud. Con una media de 300 noches despejadas al año encontramos aquí el Observatorio del Teide, uno de los centros astrofísicos más importante a nivel mundial. A esa altura, las nubes no supondrán ningún problema para que puedas disfrutar del cielo a través de un telescopio.
Los amantes de la astronomía desearíamos llevar nuestros equipos allí donde vamos, pero el peso y la fragilidad de los instrumentos lo hace muchas veces inviable.
Si vienes a Tenerife y quieres hacer tu propia sesión astronómica, nuestro servicio de alquiler de telescopios te brinda la oportunidad de disfrutar de la noche a tu ritmo. Observa todos aquellos objetos de cielo profundo que son inaccesibles desde tu lugar de origen.