Esta historia comienza como muchas otras historias… con algunos personajes visionarios e intrépidos que tenían como objetivo acercarse al Universo. Charles Piazzi Smyth y Jessica Duncan son nuestros protagonistas, que no sin dificultades, en 1856 navegaron más de 3.000 Kilómetros con el fin de poder ver miles de millones de kilómetros más en la distancia. Así, establecieron el primer observatorio de alta montaña del Mundo en las cumbres de Tenerife y su trabajo modificaría para siempre los criterios de ubicación de los futuros telescopios, convirtiendo al mismo tiempo Canarias en un referente mundial para la investigación astrofísica. Por eso, esta historia no es como otras muchas historias, es el inicio de la astronomía en estas Islas.
El legado que dejó esta y otras expediciones científicas, son los Observatorios de Canarias, que incluyen el Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM) en Isla de La Palma y el Observatorio del Teide (OT) en Tenerife. Éstos conforman una de las tres instalaciones astrofísicas más importantes del Mundo y son fruto de la estrecha colaboración entre el Instituto Astrofísica de Canarias (IAC) y más de 70 instituciones nacionales y extranjeras. La excelente calidad del cielo de sus cumbres designadas Reservas Starlight, la estabilidad de la atmósfera, la gran cantidad de días despejados al año y su insólito entorno, las convierten en enclaves únicos no sólo para la ciencia, sino también para los sentidos.